Nunca me he planteado ser otra persona, vivir otro momento o estar en otro lugar. He crecido muy feliz con lo que he tenido y he disfrutado viviendo lo vivido. Todo ello forma parte de mi meta, del camino y de mi sueño.
Gracias a los cientos de momentos vividos en platós, experiencias con increíbles compañeros, emociones, miedos e inseguridades, he aprendido a amar mi trabajo.
Para algunos es difícil concebir que un sueño, una profesión, un deseo tan inestable como el ser actriz se persiga con total convicción. Pero es precisamente esa certeza el motivo que justifica seguir adelante.
Igual que cuando amamos a alguien soportamos cosas que nunca creímos posibles, sucede con esta profesión: te enamora.
De niña sabelotodo, novia imposible o hermana cruel a ingenua compañera, fiel amiga y enamorada empedernida
Aunque no era consciente de la fortuna que tenía en aquel momento por lo que estaba viviendo, fueron sin duda los 6 años que trabajé en "Cuéntame" como Maika,los que me confirmaron qué era lo que quería hacer con mi vida, por encima de cualquier cosa. Ya había trabajado en otras series como "El Secreto", "Antivicio" u "Hospital Central", pero el hecho de ser precisamente todas ellas experiencias fantásticas y parte de mi rutina diaria al compaginarlo con el colegio, logró que no me parecía algo más que mi plan divertido de cada día.
Con 16 años empecé con la maravillosa compañía de teatro Petrusca en la función "La duda", dirigida por Angel Montesinos.
¡No sólo en plató se cuentan y viven historias! Descubrí un mundo lleno de emociones sobre el escenario, un cuento que cada vez que se abría por la primera página me sorprendía y emocionaba como si nunca hubiese oído hablar de él. Me enamoré de la interpretación.
Y como en toda relación, existen luces y sombras ( o eso dicen). Y yo me empeñaba en querer entender lo que oía..esas malas experiencias, o esos malos momentos que la profesión acarrea por mucho que te guste...y de igual manera, me empeñe en justificar que..."era muy pequeña, muy pronto para comprenderlo".
Crecí como todos hacen con los años, decidí encaminar mi futuro hacia mi objetivo profesional, y por eso, necesitaba centrarme en cerrar con mérito, esfuerzo y cariño unas puertas que sin duda daban a lugares encantadores y satisfactorios pero no plenos para mi. Me licencié en Administración y Dirección de Empresas en la Universidad Autónoma de Madrid, al tiempo que me diplomaba en Arte Dramático en la Escuela de Actores Arte 4. Fueron años duros, supuso contener mis ilusiones y energías para comerme el mundo como actriz y concentrarlas hacia un buen final para toda mi adolescencia de trabajo y formación. Sin duda mereció la pena. Aprendí a niveles elevadísimos normas de la vida que guardo en mi bolsillo y consulto cada día. No descartaría ni un solo momento de estos últimos 4 años de duro y en ocasiones, frustrante trabajo.
Con muchos miedos vencidos, llega el momento de volcarme, al cien por cien en mi razón de ser.
Los trabajos parecen ir y venir, las señales y mi corazón no dejaron que dudase ni un momento. Y compré el billete que toda mi vida había estado esperando.
Llevo viviendo en Los Angeles...poco tiempo, pero el suficiente para abrir un poco más lo ojos y endurecer mi entusiasmo. Ando de ida y vuelta al lugar donde nací y el centro de mi vida ahora sigue siendo el mismo que hace 14 años: LA INTERPRETCIÓN.
Todo tiene una razón de ser. Camino cada día hacia el mismo y único destino.
Se caerme y levantarme, aprendo y tomo nota.
Soy PATRICIA PONCE DE LEÓN, soy actriz.